Testimonio inaplazable

Caracas, miércoles 07 de julio, 2004
El Universal
Oswaldo Alvarez Paz
PRIMERO FUE LA MUERTE de Gonzalo García Bustillos, el hermano Gonzalo o simplemente Gonzalito, como le decíamos cariñosamente en COPEI. Muy pocos días después y casi marcado por el destino de andar juntos en los momentos trascendentes, se nos fue Luciano Valero. Portugueseño el primero, barinés el segundo. Llaneros recios, de una sola pieza. Socialcristianos integrales que llenaron hermosas páginas de la política venezolana desde las filas del partido. En la calle o en la universidad, en la oposición o en el gobierno, en la actividad pública o en la privada, ejemplos de dignidad y coraje, de esos que tanta falta hacen. Debía este obligado desahogo, algo atrasado porque aún no logro asimilar la ausencia de estos dos compañeros de tantas y tan hermosas jornadas. Como si fuera poco, cuando empezábamos a asumir los hechos, se nos muere en Maracaibo, Nectario Andrade Labarca. El decano ejemplar de la Facultad de Derecho que nos formó. El jefe indiscutido e indiscutible del COPEI zuliano, extraordinaria cantera que bajo su dirección le entregó a Venezuela la generación de políticos a la cual pertenezco. En las luchas internas del partido de las tres primeras décadas de democracia, los dos primeros eran "herreristas". Nectario, columna vertebral y símbolo del "calderismo" más ortodoxo, cuando los principios y valores que nos trajeron a la política se mantenían intactos. Pero sin ellos y otros pioneros, cada uno a su manera y desde las posiciones que asumieron, la democracia cristiana venezolana difícilmente hubiera sido la extraordinaria experiencia que resultó ser.

Muchos políticos de hoy están atrapados entre la avidez de poder y las maniobras para alcanzarlo. Aquellos fueron consecuentes consigo mismos y tuvieron una gran autoridad moral. Esa, la que nunca se conserva aferrándose a ella. La que aparece sin buscarla y crece con las pruebas de la vida. Sé que no debemos lamentar lo inevitable, pero algo de nosotros se ha ido con ellos.

oalvarez@telcel.net

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