Maya también es mía y nuestra, por Luis Vicente León
Tomado del Blog de Luis Vicente León Han pasado tres semanas sin escribir y reconozco que no los extrañé nada mientras aprovechaba para descansar y compartir con mis hijos, a quienes debo muchas disculpas por el tiempo que no les pude dar en estos últimos meses, el partido de fútbol al que no llegué, el acto del colegio que sólo pude ver en video desde una habitación de hotel o la tarea que ya habían hecho cuando llegué. Me sorprendió sorprenderme con los temas de los que ya hablan, principalmente porque es normal que los hablen. Pero lo que más me estremeció es que mis enanos, que hace unos años querían regresar a “Caraquita” a los pocos días de cada vacación, me dijeran camino al aeropuerto: “Papi, ¿por qué no nos quedamos a vivir aquí, que es muchísimo más seguro?”. Pasé todo el regreso explicándoles por qué no, aunque mi esposa me miraba con ojos que parecían gritar: “Ésas son razones para que te quedes tú, pero ninguna para que se queden ellos”. Había deci