Arte y filosofía
Por. Lic. Maria Andrade Rodríguez
Filósofa y MGs en Gerencia de RR.HH. Docente universitaria.
Todo arte es filosofía. Una hermenéutica propia del artista, a través de ella se representan experiencias, pensamientos en lienzos, esculturas en hierro, barro, madera, que adquieren formas mediante martillos, cinceles, pinceles, colores, arcillas, fuego guiados por la las manos y los anhelos de estampar su percepción de una realidad creada o talvez vivida. Es allí donde filosofía y arte familiarizan en algo más qué una abstracción o figuración
Pasan por ser la comprensión de la realidad pensada, sentida y darle coherencia a la obra artística y se mueve desde el mundo interior reflexivo que remueve el nundo exterior. De allí, entonces, su trascendencia filosófica. La obra se mueve del creador a los observadores de ella. Es el binomio de dos mundo. Ambos se comunican y encuentran significado con lo que han vivido o viven. Entonces, ambas se confunden en los los telares de los mapas de sus historias. Un encontrarse a si mismo o negarse
¿ porque no?
Cada vez que he transitado hacia el encuentro con el arte se suscita en mi el placer inicialmente por saber que inspiró al artista, me anima revisar su historia, a examinar la mía por lo que mueve lo que veo, escucho o siento, aunado a la atmósfera que me incita a reflexionar, jugar y a disfrutar de lo que ese otro ha querido consagrar en su arte y compartirlo.
Arte y la filosofía son inseparables compañeros para reconocer e interpretar los acontecimientos traducidos en imágenes, formas lo que nos rodea y atrae. Ingenio que junto a líneas, maderas, arcillas me desborda el pensamiento crítico, mi mundo emocional y al descubrimiento al menos de la realidad de ese "otro" que crea y del "yo" que recrea en mi mundo más preguntas, verdades y fantasias.
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