Cartas de Bolívar a Manuela Sáenz
Lima, 20 de abril de 1826
Mi adorada Manuelita
Tu me acechas entre el lecho de las acacias y los cedros, aprisionando mi pobre humanidad entre tus brazos. Yo me entrego a tal prisión como raptado por el encanto de tu sutil sonrisa y tu audacia, en meritos estratégicos para aparecerte cono Diana en los jardines de Odiseo.
Contigo estoy dispuesto a llenarme exasperado de las satisfacciones propias del amor. Este altar de Venus vale bien trocarlo por el trajín del servicio de Marte; en el que pondré también mi mas caro empeño, en la magnitud de mis esfuerzos. Esperamé en el huerto de Chuquiguada, con tu vivaz encantamiento de sorpresas.
Te amo
Bolívar
Mi adorada Manuelita
Tu me acechas entre el lecho de las acacias y los cedros, aprisionando mi pobre humanidad entre tus brazos. Yo me entrego a tal prisión como raptado por el encanto de tu sutil sonrisa y tu audacia, en meritos estratégicos para aparecerte cono Diana en los jardines de Odiseo.
Contigo estoy dispuesto a llenarme exasperado de las satisfacciones propias del amor. Este altar de Venus vale bien trocarlo por el trajín del servicio de Marte; en el que pondré también mi mas caro empeño, en la magnitud de mis esfuerzos. Esperamé en el huerto de Chuquiguada, con tu vivaz encantamiento de sorpresas.
Te amo
Bolívar
Comentarios