Rostros de Maracaibo. Una visión trascendente de la ciudad

Rostros de Maracaibo. Una visión trascendente de la ciudad

Por: Angel Lombardi
Escritor-historiador
Ex-Rector de Luz. Rector Universidad "Cecilio Acosta" (UNICA)

Creo que se nos propone una estética de la ciudad, que María trata de captar en imágenes, en las cuales yo veo un acto de amor hacia la ciudad pero, que de manera intencional o  no intencional, la imagen lo que refleja no es un acto de amor sino más bien un acto de desamor de la población de Maracaibo hacia su ciudad.

Yo creo que el gran acierto de María como artista, como fotógrafa donde su estética buscando la ciudad, se encuentra con una ciudad realmente muy golpeada, muy abandonada y que desdice mucho de quienes la habitamos. Yo creo que eso es lo de más  impacto y a pesar de que  en  algunas fotografías uno puede observar algunas cosas hermosas  de la ciudad, como algunos detalles arquitectónicos o algunos detalles decorativos, lo que vemos es definitivamente la imagen de una ciudad abandonada, de una ciudad que padece todos los días el desamor de sus habitantes, y así tenemos hitos arquitectónicos totalmente abandonados

Entonces tenemos los famosos fantasmas que nos acompañan: La Ciega, el teatro Baralt, el solitario de la Plaza Baralt que es el propio Rafael María Baralt, el Malecón, el Puerto, el Liceo Baralt, el Hotel Granada y así podríamos enumerar  como la desidia, el abandono, el desinterés , la negligencia ha ido acumulando una ciudad llena de heridas y la duda mayor no hay duda  fue la destrucción innecesaria de saladillo, donde realmente el corazón de la ciudad fue golpeado de manera brutal  y, ahora, irreversible; a pesar de algunos esfuerzos aislados que se vienen haciendo de recuperación  como El Centro de Arte Lía Bermúdez, el Teatro Baralt, la propia Plaza Baralt, intentos aislados que con  mucha dificultad han logrado avanzar algo.

Pero, en el contexto, en el conjunto se sigue notando que no ha cambiado la sensibilidad ni la actitud de la mayoría de nosotros hacia su ciudad, y por eso quizás de pronto tiene tanto éxito el actual Alcalde cuando atiende la parte cosmética  de la ciudad, que sin ser obras trascendentes a la larga en una ciudad abandonada resalta como algo importante y positivo.

De tal manera que creo que las fotos reflejan básicamente ese mensaje y creo que no se si intencionalmente en el artista, lo importante es lo que ella logra con su cámara, con sus imágenes.

Si revisamos con detenimiento algunas de ellas nos  damos cuenta como el habitante de la ciudad es un habitante marginal, por lo menos quienes se reflejan en las fotos.

Un habitante marginal en donde se ven nuestros indígenas, gente mestiza, gente de color, totalmente abandonados por la sociedad, es decir que sobreviven en la miseria, la marginalidad, el desamparo, la desesperanza.

Entonces no solamente hemos abandonado la parte estética, arquitectónica y física de la ciudad sino que también hemos abandonado a sus habitantes más necesitados y eso se refleja en algunas de las fotos, por ejemplo en esta donde hay una señora notoriamente humilde, totalmente abandonada y con un logro estético bastante importante en la imagen, al pie de lo que debería ser un bello parque en cambio es un parque abandonado, sucio y un árbol trunco.

Igualmente es muy significativa la foto “Registro subalterno” y en donde debería ir la placa está este papel y debajo dice “se robaron la placa”, allí se expresa toda una teoría sociológica y política que habla de la ciudad y de nuestro sistema social y  político.

Hay otra imagen, una lateral a la catedral, que es la calle Obispo Lazo que debería ser una de las calles de mayor tradición de la ciudad y era la calle más importante y bueno la imagen y la realidad nos muestra el abandono en que se encuentra y de manera casual al fondo una pared, al lado de un terreno abandonado, el lente fotográfico capta una frase que se lee a medidas que dice: “no te desesperes” y no leo el resto, pero es  lo que produce la ciudad una desesperación permanente, una desidia, una desatención general y para completar estos aciertos visuales de maría hay otra imagen que ella capta, lo que leemos en la pared, es un grafitis muy expresivo de una filosofía colectiva y dice: “ Si todo se derrumba entonces me voy de rumba” y firma “ el vivo”, eso también es todo un tratado sociológico, es decir esa es una actitud muy generalizada no me importa el derrumbe de la ciudad, el derrumbe colectivo lo importante es como estoy yo, si yo estoy bien todo el mundo está bien y dentro de una práctica cotidiana mal sana que es la viveza, la picardía y la viveza es la corrupción y la delincuencia.

Entonces yo diría que hay toda una simbología importante que logra captar y que, repito, dentro de ese acto de amor con su ciudad que quiere conservar, que quiere transmitirlo, pero lo que logran las imágenes es el efecto de una ciudad abandonada por sus habitantes y creo que ese es, por lo menos para  mí, el principal merito de estas fotografías, de este mensaje que nos deja María Andrade, un libro testimonio y creo que es muy interesante y muy importante.

Estamos obligados a compartir nuestra sensibilidad y nuestras vivencias y creo que María está compartiendo con nosotros una visión de la ciudad importante y que además,  ojala ayudará esta visión de la ciudad abandonada,  ayudar a despertar esa consciencia cívica colectiva que nos permitiría empezar de verdad,  verdad a recuperar nuestros espacios, nuestra calidad de vida y que la ciudad deje de ser una negación del espíritu maracaibero y se convierta en una afirmación maracaibera en todo sentido positivo.


Una ciudad abandonada no es abandonada por cualquiera, es abandonada por nosotros, una ciudad desatendida no es desatendida por caracas, por el centralismo es desatendida por los maracuchos y los gobiernos locales y regionales, pero básicamente yo diría por sus habitantes por que yo veo que aquí hay que cambiar la perspectiva, no siempre los gobiernos tienen la culpa,  tienen mucha responsabilidad, la mayoría de las veces son corruptos, negligentes e ineptos, pero la responsabilidad mayor recae en la propia comunidad que definitivamente a dejado de querer a Maracaibo.

Con una actitud tan individualista, tan egoísta que complementa esa psicología nefasta del vivo, que implica aprovecharse de los demás, no importa cómo sin ninguna ética, sin ninguna moral, sino que además vive de maltratar a la ciudad, maltratar al vecino, en fin de sobrevivir como si viviéramos todavía en el monte, en la jungla y por eso yo he dicho que frente a una fachada moderna nuestra sociedad reproduce conductas, usos y costumbres fundamentalmente premoderno, una sociedad todavía primitiva, rural que todavía está muy lejos de haber dejado atrás la barbarie y está muy lejos, lamentablemente,  de acercarse a niveles civilizatorios de una sociedad verdaderamente moderna. 

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