Los candidatos presidenciales del Zulia




Los candidatos presidenciales del Zulia

Ramón Alberto Escalante

Sábado, 20 de agosto de 2011

 La posibilidad que desde el Zulia se logre una Presidencia para Venezuela viene planteada desde más de un siglo y en diferentes períodos históricos, candidatos zulianos o residentes en esta Región han representado opciones más o menos válidas para llegar.
 
El zuliano que gravitó más intensamente en el poder central del siglo diecinueve fue Rafael Urdaneta quien llegó a ser en 1830, presidente de la Gran Colombia, ya en su fase final cuando misma Venezuela se había secesionado. La candidatura presidencial de Rafael Urdaneta, se planteó para 1846 y hubiera sido el seguro ganador, pero la muerte se atravesó en su camino al poder.
 
La entronización de caciques regionales llevó por otros caminos la definición de la presidencia a partir de 1870, pero Venancio Pulgar, caudillo del Zulia, aspiró de varias formas llegar a Caracas. Un tema muy discutido en 1898 fue el gentilicio de Ignacio Andrade, merideño de nacimiento, pero de familia profundamente zuliana. Hasta 1936 sobrevino un largo interregno de autocracia, dentro del cual era imposible lanzar opciones distintas a las asumidas desde Caracas.
 
El doctor Néstor Luis Pérez, ilustre jurisconsulto zuliano, sonó como candidato presidencial, varias veces en las primeras elecciones tras el gomecismo. Décadas después, en la estructura interna de Acción Democrática se mencionó el nombre del doctor Eloy Párraga Villamarín, dentro del amplio abanico de aspirantes para 1963.
 
Un zuliano muy presidenciable fue Nectario Andrade Labarca, quien de contar con esa suprema aspiración habría corrido entre los primeros delfines de Rafael Caldera. De hecho fue varias veces Encargado de la Presidencia en el primer período de aquel, pero desdeñó un protagonismo nacional para “repatriarse” localmente a partir de 1973.
 
Entre las candidaturas independientes que se plantearon en los años setenta y ochenta estuvo la del experto petrolero Leonardo Montiel Ortega.
 
El sistema de elección directa de gobernadores y alcaldes abrió el camino para las postulaciones presidenciales desde el Zulia. Oswaldo Alvarez Paz acababa de ganar su reelección en 1993 cuando ganó sorpresivamente las primarias abiertas de Copei y asumió la candidatura presidencial ese año. Su nombre ha seguido sonando hasta ahora como aspirante presidencial.
 
La candidatura presidencial de Francisco Arias Cárdenas comenzando el año 2000 fue también sorpresiva, pero nació de su estratégica posición como Gobernador electo y reelecto en el Zulia. También la candidatura presidencial de Manuel Rosales, en 2006, partió del piso básico que da el detentar la primera magistratura en el estado más poblado, productivo y con identidad más específica, dentro de la unidad nacional.
 
El lanzamiento de Pablo Pérez como precandidato para contarse en las primarias de la Mesa de la Unidad el próximo año, tiene que ver más con un espacio ideológico que con una específica posición regionalista. La minoría más fuerte de la oposición venezolana está encarnada por la socialdemocracia, los partidos de esa corriente han sido los que han sumado más votos aún en las horas más duras para la oposición. Pero a diferencia del tinglado democratacristiano donde sobran precandidatos copeyanos e independientes, en el ala socialdemocrata hay más votos, pero menos postulados.
 
El padre y homónimo del gobernador, Pablo Pérez Herrera, fue una figura muy conocida décadas atrás en Acción Democrática, incluso aspiró la Secretaría General Seccional, pero por adscribirse a las corrientes enfrentadas al aparato dominante, no logró el cometido. La rutilante carrera del hijo, primero como candidato a alcalde con una altísima votación en 2004, luego como Gobernador y ahora precandidato presidencial, viene a ser como una reivindicación de los planteamientos renovadores de aquella época.
 
El único precedente que hay de este PSUV con Chávez, en cuanto a poderío electoral, ascendencia en barrios y férrea organización de masas fue la Acción Democrática de 1945 a 1968, cuando precisamente era un partido de centroizquierda con una fuerte ala socialista, progresivamente liquidada. Pienso que los estrategas de la oposición pensarán que la única forma de competirle al gobierno será sacar una candidatura que despierte parte del discurso nacionalista, de reivindicación social, esencialmente popular que tenía aquella A.D. invencible.
 
El Zulia tiene una curiosa línea de disenso en el registro histórico electoral. La izquierda adeca fue muy fuerte en el Zulia bajo el liderazgo de Gabriel Quintero Luzardo. Aquí ganaba Copei cuando perdía en toda Venezuela y con Luis Hómez se hizo elegible la izquierda, mucho antes que en otras regiones de Venezuela. No veo tan claro un voto regionalista duro y entubado, como sí un voto popular, de auténtica conciencia social, y de quien lo encarne preferentemente dependerán los resultados electorales en 2012.
 
 
(*) Abogado y Politólogo                               
 

y yo su hija María Andrade Rodríguez considero
Nectario Andrade Labarca fue un hombre dedicado al servicio público e hizo de él un evangelio e aquí una razón por la que prefirió el servicio en la política genuina y en las aulas universitarias y en la magistratura. Jamás tuvo la intención del lucro, la fama y por encima de todo el poder. Terminado el período constitucional en el primer gobierno del Doctor Rafael Caldera Rodríguez regresó a su casa de siempre la Universidad del Zulia y a su hogar en Maracaibo para seguir con su humildad haciendo lo que era su verdadera vocación Ser maestro de juventudes.

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