Fuente de inspiración Nelson Mandela

Fuente de inspiración Nelson Mandela
Humildad, sacrificio, compasión, determinación, nobleza, capacidad de reconciliación nacional, generosidad y la virtud de perdonar al adversario. Son las cualidades de un líder ético por excelencia. Su integridad es uno de sus mayores legado para generaciones del presente y del futuro.

Los casi treinta años que Nelson Mandela pasó en prisión no parecen haberle restado tenacidad y vigor a su permanente batalla en contra del apartheid, situación que refleja la flagrante violación de derechos humanos en Sudáfrica. Sus palabras, "la lucha es mi vida", reflejó la dedicación que Mandela mostró por la causa de la justicia racial en su país, donde es amado y conocido por todos como un héroe.

Desde su nacimiento en Qunu, el 18 de julio de 1918, pareciera que su destino como luchador social estaba ya trazado. Todas sus acciones y actividades llevaban el signo de la guerra que haría suya a lo largo de toda su vida. En la década de los 40, mostró su filón rebelde y fue expulsado de la casa de estudios donde preparaba su licenciatura, debiendo terminar sus estudios por correspondencia desde Johannesburgo. En 1944 formó la Liga Juvenil de la ANC y en 1952 fue electo Jefe Voluntario de la Campaña de Abierta Rebelión en contra de la legislación discriminatoria vigente.

La pelea había comenzado. Mandela abrió su bufete de abogados con su socio Tambo, la primera firma negra de asistencia legal en el país. Ante la presión ejercida por las autoridades de turno para que cerraran sus puertas, tuvieron que llevar el caso a instancias del Tribunal Supremo, el cual dictaminó a favor del bufete y sus socios. Era evidente que las autoridades pro-apartheid temieran el poder de convocatoria y la onda expansiva que la organización de Mandela iba cosechando a lo largo y ancho del país. Empezó la secuencia de encarcelamientos "sentencias de 6 meses" hasta culminar con la sentencia máxima de prisión por vida. Durante treinta años, siguió Nelson Mandela alumbrando el camino de la justicia racial desde sus diversas prisiones, haciendo oír su voz en el ámbito internacional a través de su esposa Winnie Mandela; y sus principios políticos y fuerza de convicción personal fueron motivo de inspiración para sus compañeros de prisión.
De su compromiso con su lucha habla su conducta cuando el Gobierno ofreció a Mandela la libertad condicional en 1985 si él renunciaba a la violencia y a otras actividades ilegales. Mandela se resistió a esa estratagema. Sí, él ansiaba la libertad después de décadas de trabajos forzados y de confinamiento en una celda pequeña. Pero creyó que eso sería una traición a sus principios, a su liderazgo y a la larga lucha del ANC. Respondió:
¿Qué libertad están ofreciéndome, si el pueblo no puede organizarse? [...] ¿Qué libertad están ofreciéndome si tengo que pedir permiso para vivir en una área urbana? [...] Sólo los hombres libres pueden negociar. Los prisioneros no llegan a acuerdos.

Fue liberado en febrero de 1990 y en mayo del año 1994 tomó posesión como el primer Presidente negro de Estado elegido democráticamente en Sudáfrica. En 1999, se retiró de la vida pública y regresó a su lugar de nacimiento en Qunu, Transkei.

Nelson Mandela ha vivido un camino sacrificado y difícil que lo alejó de su familia y amigos durante largos años, y hasta le robó uno de los placeres de su mayor satisfacción personal: disfrutar de los atardeceres acompañado de la música de Hendel o Tchaikovsky. Desde los principios de una guerra que abrazó a sabiendas de las múltiples y sucias batallas que tendría que librar para alcanzar su ideal de justicia, este hombre se impuso desde el principio, una disciplina de vida férrea, como se refleja en su austera y estricta. Para él, no hubo lugar alguno como su país y el Premio Nobel de la Paz no lo consideró un galardón individual, sino un reconocimiento a todos quienes lucharon entonces y siguen batallando en contra de la injusticia racial y social en Sudáfrica.
Para millones de personas alrededor del mundo, Nelson Mandela representa la quintaesencia del triunfo de la dignidad y la esperanza humana sobre el desespero y el odio; de la auto-disciplina y el amor sobre la persecución y la maldad.
Fue llamado por quienes lo amaron por su nombre del clan Xhosa de Madiba o como tata, que significa  "el padre de la nación”
Paul J. H. Schoemaker, director de investigaciones del Instituto Mack de Gestión de Innovación dijo de su liderazgo:
“El secreto del liderazgo de Mandela fue animar a la armonía racial, perdonar sin olvidar, compartir el poder y priorizar por encima de todo el futuro, y no el pasado. Como maestro de las actitudes simbólicas, Mandela dio fuerza a esa estrategia usando la magnanimidad con sus antiguos enemigos. Por ejemplo, en 1995, visitó la viuda del hombre que fuera el mentor del régimen del apartheid y que lo había mandado a prisión (el primer ministro Hendrik Verwoerd). No escondió su felicidad cuando Springboks, equipo nacional de rugby, conquistó el campeonato mundial, aunque el equipo hubiera sido símbolo del racismo y del poder afrikáner durante décadas. Él usó con mucho orgullo la camisa del equipo durante el campeonato, gesticuló en apoyo del equipo y envió al mundo toda una señal de que apoyaba, de hecho, una nación de todos los colores. Ese tipo de liderazgo es muy valioso y difícil de encontrar.”
Una frase que retrata a Mandela en toda su dimensión humana es:

"He peleado en contra de la dominación blanca y he peleado en contra de la dominación negra. He apreciado el ideal de una sociedad democrática y libre, donde todas las personas conviven en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el cual vivo y espero alcanzar. Pero, de ser necesario, es un ideal por el cual estoy dispuesto a morir".
Los ciudadanos del mundo que aspiramos a la paz, la democracia y la libertad sentimos aflicción por la desaparición física de este magnánimo héroe y apóstol de la libertad, la justicia, la igualdad, la unidad y de la reconciliación.

Él se sacrificó de manera profunda y noble. En ese proceso, se convirtió en icono mundial de los derechos humanos. Al final, incluso sus enemigos lo admiraron y respetaron, y con razón. Él es uno de los hombres más notables de los últimos 100 años.

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