Diálogos con la fotografía. La fotografía, filosofía de la realidad
Por Maria Andrade Rodriguez
"el fotógrafo está interesado en ver de una manera siempre nueva." Vilém Flusser
He escuchado en innumerables ocasiones: “Vamos a ir al mismo lugar a
tomar fotografías, allí no hay nada que retratar ya”. Yo me he resistido
y resistiré a escuchar estas lamentaciones de quienes ven en la
fotografía una colección de nuevas imágenes y no de hechos
cotidianos que por serlo cambian con la dinámica de las circunstancias y
el desarrollo o decadencia de los pueblos.
Hacer fotografía para mí
es una manera de praxis filosófica. Ellas, filosofía y fotografía me
conducen a la reflexión instantánea de la vida en evolución o
involución, una aventura permanente que me incita al descubrimiento de
formas de vivir, pensar y actuar la gente en las calles, el porqué de
la belleza en unos, la fealdad según otros, la brusquedad del hombre,
la inocencia, la violencia y la paz que denotan poderosos o desvalidos,
formas de pensar según sea la cultura de un pueblo y su manera de
encarar la realidad. El concepto de fealdad en la fotografía para mí no
existe, cualquier expresión remueve consciencias, historias y
desencadena nuevas maneras de actuar frente a los problemas humanos.
La
fotografía es el lenguaje visual que conmueve o repugna pero siempre
para crear una reacción en quien la capta y la observa. Es por ello,
que toda fotografía es filosofía si logramos representar los hechos con
la fidelidad que ella encierra.
Filosofía no es abstracción, es
realidad pensada, analizada y explicada por quien la estudia y
contacta. Es el mundo visto desde una hermenéutica filosófica si
queremos ir más allá de lo aparente, reflexionar sobre cada elemento que
le dan vida al hecho fotográfico. De allí entonces, la importancia de
la fotografía como una forma de hacer filosofía de nuestra realidad
exterior e interior, porque el fotógrafo de una alguna manera cuando se
siente atraído por una escena, encuentra algo de si mismo que lo anima a
describir y de la vida de otros que hace “click” en su mundo intimo.
La fotografía y la filosofía son un binomio inseparable para reconocer e
interpretar los acontecimientos traducidos en imágenes de lo que nos
rodea y atrae.
Nuestra amante y compañera inseparable, la cámara es el
ingenio que junto a esa interpretación instantánea de la realidad a
veces inconsciente aún para el fotógrafo es protagonista de ese
instante, en ella se depositan sucesos, emociones, sentimientos de una
realidad, existencia de tradiciones histórico-culturales, políticas
sociales o de cualquier índole, dependiendo del hecho que llama la
atención en ese mayúsculo instante. Por eso, ¡como dejarte de amar! Tú
reproduces la realidad por muy bella o cruda que parezca, con su rudeza o
su candor, la verdad de unos y las falacias de otros, en fin la
historia viva y la que se vivió, los hechos en pleno desarrollo que
siempre deberán ser narrados entre tus manos y con los ojos y el
pensamiento libre y desprejuiciado.
¡Como dejarlas de amar! ferviente
fotografía y camarita de mis ojos, sophia de mi intelecto, pericia en
mis manos, historia y filosofía juntas, que me transforman en la diosa
Iris, mensajera de la vida en este caso, no de los dioses y sí de la
gente común, del ciudadano, el gobernante, para transmitir sus
aspiraciones, voluntades, ansias y realidades.
¡Como dejarlas de amar!
si los fotógrafos somos voz graficada, testimonios siempre alerta para
retratar la vida, hacedores de la oración perfecta por la vida y
perpetuarla en la historia de la “la filosofía de la posible redención”.
Con la filosofía y la fotografía soy y estoy en la búsqueda de la
utopía de lo humano.. ¡Como dejarlas de amar!
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