La contienda entre Goliat y David en Venezuela el 07 de Octubre

Todos hemos escuchado o leído esta historia de mucho valor y fe. David un joven enfrentando a un guerrero de verdad de fuerza y destreza, que ninguno del pueblo de Israel quería enfrentar por miedo. 
El caso es que este Goliat siempre llevaba puestos casco, coraza, y en una mano tenía el escudo, y en la otra, una espada grande, como él. Y que se había ido a una llanura a decir bravuconerías, y que nadie se le acercaba, y que él se reía con carcajadas como truenos; y que entre una y otra, gritaba: ¡A ver, a ver quién puede conmigo! Y pensaba que con su fuerza podía abusar de todos. Y no había quien se le acercara. Y el gigantón se reía más alto aún.
Y el caso es que en aquel lugar vivía David, un muchachito alegre, que no hacía maldades. Todo el día lo pasaba cuidando las ovejas de su familia; llevándolas a lugares donde hubiera buena hierba para comer, y al río, donde se quitaban la sed. 
David tenía una honda que usaba de lo mejor. Durante años practicó y practicó, y no había quien le ganara en eso de tirar piedras lejos y con fuerza. La honda la utilizaba para jugar, pero, sobre todo, para defender a las ovejas. Si un lobo se acercaba, a pedradas lo hacía huir David, y si volvía, apuntaba mejor, y por lo menos le rompía una pata para que aprendiera a no atacar a los animales indefensos. Y resulta que un día David se enteró de lo que estaba pasando con Goliat. A David no le gustó nada. Y pensó:
“Así que porque es grande anda abusando de todo el mundo... Eso no es justo. Y si nadie se le enfrenta, no nos dejará vivir tranquilos.”
Por eso dijo: ¡Voy a pelear con el Goliat ese!
Y allá se fue con su honda y con varias piedras que había recogido en el río. Cuando a Goliat le dijeron que aquel muchachito iba a pelear con él, se rió tan fuerte que sus carcajadas doblaban los árboles altos y levantaban polvareda por todas partes.
Al llegar David, el gigantón seguía riéndose. Pero David no tuvo miedo. Sin decir nada, puso una piedra en su honda, apuntó mejor que nunca y la lanzó. La piedra fue a enterrarse en la frente de Goliat, quien dio unas vueltas sobre si, dejó caer el escudo y la espada, y luego cayó él, muerto.
Todos se quedaron tan sorprendidos que no encontraron qué decir. David sí dijo:
“Lo primero es no tener miedo a nadie, por más gigante que sea. Lo segundo es estar convencidos de que tenemos la razón, de que es justo lo que queremos. Lo tercero es saber usar bien el arma que tengamos”.
Estas cualidades hicieron triunfar a David frente a su enemigo Goliat así nosotros con nuestro joven David (Henrique Capriles Radonsky ) tenemos razones para vencer a quien se cree nuestro Goliat dueño y señor de nuestro destino. Nuestras piedras serán la avalancha de votos que en los tarjetones colocaremos y diremos con este sufragio glorioso que queremos un David celoso en el cumplimiento de la ley y la repartición justa de la riqueza en la gran familia venezolana, humilde para escucharnos a todos sin excepción, con fe para resolver progresivamente los terribles problemas que aquejan a la sociedad venezolana, sencillo que obre sin doblez ni engaño y por último un David servidor público con principios y valores de compromiso genuino con nuestro país y una integridad ética que promueva la justicia social, la cero discriminación, la igualdad de oportunidades para todos y el ejercicio transparente del poder.
Creo firmemente que Henrique Capriles Radonsky tiene dones personales y políticas que le llevarán a marcar un estilo de liderazgo ético centrado en el bienestar común del país y una ética de servicio a Venezuela.
Votar por Capriles es apostar a la reconciliación de todos, sin exclusiones mezquinas. Nuevos caminos, nuevas esperanzas se divisan con estas históricas elecciones. Saldremos airosos y contra vientos, lluvia, marea, amedrentamiento yla política del terror lo mejor que podemos hacer mañana es actuar guiado por el modelo de David y con la contundencia de nuestros votos demostrar que si podemos derrotar a ese gigantón presuntuoso y despreciativo.
Venezuela es lo primero y él lo ha dicho. “vine a Servir y comprometerme” y Yo le creo.
Dios bendiga a Venezuela y a todos los venezolanos
María Andrade Rodríguez

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