Carta a Venezuela


Desde 1993 no gano una elección presidencial y sin embargo, no me rindo ni rendiré. Con mucho orgullo y dignidad hago mi tarea por esta Venezuela desde las aulas universitarias. No creí en el Señor Chávez ni en su propuesta de país en 1998, y no creo ahora después de 14 años de pseudo democracia.
¿Cuantos venezolanos confiaron en él y fueron artífices de esta pesadilla que no parece tener fin?, ¿a cuantos de ellos, le seguirá pesando sobre su mente y corazones que contribuyeran con su voto a darle el triunfo a Chávez en esa primera vez? Sé que muchos se arrepintieron al poco tiempo, otros mas tarde, entonces tengan los bríos, el valor, la constancia y determinación de seguir luchando para devolverle al país esa deuda. Los niños, jóvenes,  mucha gente como tu y como yo y las futuras generaciones no se merecen vivir en tanta desesperanza y exclusión. Por ellos  y por nosotros voté por Capriles, ayer 7 de octubre y jamás le daré un voto mientras viva a Hugo Chávez, ni a nadie que venga de su partido ni a nadie que atente contra nuestra prosperidad y libertades.
Tú qué contribuiste con tu voto en aquellas elecciones de1993 no te quejes ni rindes. Aprende a ser valiente y sigue en pie de lucha. Hay un país que nos demanda compromiso y acción, la pseudo democracia debe dejar de ser un estilo de vida. La democracia que nos corresponde es aquella que nos garantiza la seguridad, equidad, servicios públicos de primera calidad así como la tan ansiada confraternidad de todos y la transparencia en el ejercicio de los poderes públicos.
Muchos hemos aprendido que hay un camino sin importar cuanto demoremos en transitarlo. Hemos visto como creció una candidatura y eso el CNE ni nadie pueden ocultarlo. Venezuela tuvo un proceso eleccionario y la sociedad civil en su mayoría esperaba otros resultados. Hoy está triste, no hay jolgorio ni festejo en las ciudades. Nuestros ojos lo ven y nuestros oídos escuchan el sabio silencio de quien no entiende los resultados.
Hoy 8 de Octubre comenzamos otra etapa de un periodo despótico pero con muchas esperanzas y sueños en que todo no está perdido. Mis principios y valores siguen en pie y no son negociables. Hoy, sé que tenemos lideres como el Dr. Henrique Capriles Radonsky y me siento orgullosa de haberle dado mi voto y no importa cuantos procesos electorales tenga que votar siempre lo haré para rescatar a mi país de tanta miseria humana, moral, espiritual y política.  ¡Viva Venezuela y ese flaco David que tanta pasión inspiró en nosotros!
No importa si Goliat ganó un roung  la contienda no acaba. Y como dijo Teresa de Ávila: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: sólo Dios basta
No reniegues de tus adversidades, lucha por vencerlas en el nombre de Dios…y de la patria.

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